Hoy vengo con un tema que me ha dado lugar a hacer unas similitudes entre áreas de conocimiento interesantes, y quería compartirlo con vosotros/as. Las ideas que voy a presentaros aquí pueden serviros de inspiración para debates en el aula, en el ámbito educativo, tema de conversación en casa con vuestros hijos/as,…
Todo vino a raíz de unas faltas de asistencia sin justificar, con un adolescente que estoy tutorizando,…¿Qué es un sistema de faltas de asistencia?. Al final di, con esa idea, preparando la sesión donde íbamos a reflexionar sobre lo acontecido la semana anterior. Es un sistema con un mecanismo de control, que sería la acción de que esas faltas, en menores, llegan a sus padres, para que ellos las justifiquen en su caso.
Ese mecanismo de control, de alguna manera, es beneficioso para el menor/adolescente, en su objetivo último de maximizar su aprendizaje. De esta idea, pasé a enlazar la reflexión sobre el funcionamiento de nuestra mente,…¿Existe en nuestra mente, algún mecanismo con control, útil y parecido?.
- Pues el primero sería el que quiere proteger nuestra autoestima, que serían esos pensamientos indulgentes o autojustificaciones ante acciones incorrectas, lo que en psicología se llama la disonancia cognitiva.
- Después tenemos la información que podemos obtener de los sentimientos, para guiar nuestras decisiones y acciones.
- De los sentimientos dependerá nuestro sistema de valores ( algo como las «normas» que nos escribimos a nosotros mismos y que guían nuestra conducta), para que la información obtenida nos haga reflexionar en mayor o menor medida.
Pero incluso frente a esto, se puede sabotear al sistema, y pueden entrar en juego dos sistemas de protección ante eventos extremos, como pueden ser la desconexión moral( sería como desconectar de nuestros valores), y la disociación afectiva( algo como desconectar de nuestras experiencias afectivas).
¿Qué podemos sacar de todo ello?
- De esos pensamientos indulgentes, autojustificaciones o pensamientos improductivos, podemos utilizarlos como «indicio» de que no estamos quizás evaluando una situación/problema, de la mejor manera posible. Es propiciar cierto «control de calidad» de nuestros pensamientos, por ejemplo también empezando a discernir entre hechos y lo que nos contamos a nosotros mismos, sobre aquellos hechos. No hay que olvidar que la «verdad viene en porciones, como los quesitos», y no hay verdad absoluta sobre ningún hecho, situación o problema.
- De los sentimientos, estando atentos a nuestras emociones, podemos obtener información valiosa para guiar nuestras acciones, y para la toma de decisiones.
- Y nos interesará estar atentos para determinar si estamos ante un hecho puntual, o ver si se trata de una tendencia, que sería ya un cierto «patrón» que se va repitiendo, para poder reconducir la situación, y volver a conectar con nuestros objetivos.
Ya que para alcanzar un objetivo, la regularidad es un factor decisivo.
Reflexión del practicante informado :
Aprovecha esta propuesta de debate u otro tema afín a tu público, para introducir este contenido, de interés para toda persona, y también para tus alumnos/as, o hijos/as.
También lo puedes utilizar junto a una aplicación sobre resolución de problemas, por ejemplo del método I.D.E.A.R , muy útil también para trabajarlo en la adolescencia :
I – Identificación del problema.
D– Definición del problema.
E– Exploración.
A– Acción.
R– Resultados/Logros
En otra entrada específica, ampliaré quizás este método de resolución de problemas, para entender todo lo que puede implicar, en la práctica. Espero que esta entrada haya sido de vuestro interés, después de unos cuantos meses sin publicar nada.
Gracias por todo.